En las canciones de Sabina nos podemos encontrar todo tipo de personajes, ya que su principal arte es el de contar historias que pueden ser autobiográficas o, como es el caso que nos concierne, vivencias de otras personas. Este tema nos transporta a la vida de aquellos mendigos que se ganan la vida en el inhóspito hogar de la calle. El mendigo en cuestión se llamaba Tolito, y era uno de esos personajes entrañables que te puedes encontrar en cualquier sitio, pero no puedes olvidar fácilmente.
Cuando Joaquín compuso esta canción lo hizo como un encargo para un programa de TVE, "Vivir cada día", que había hecho un seguimiento de Tolito. En un principio Sabina, realizó una letra bastante corriente, pero después de conocer al personaje no dudó un instante en tirarla a la basura para realizar esta pequeña joya. No se trata de una canción comercial, ni propicia para meterla en el repertorio de una super gira, pero encierra una gran historia para reflexionar y disfrutar con ella.
En la actualidad estamos muy saturados de ver a los mendigos en la tele (véase Callejeros) pero como sólo nos muestran la parte más miserable de ellos, sin profundizar en la mayoría de los casos en la persona, para quedarse solamente con el personaje los metemos a todos en el mismo saco estereotipado y lleno de prejuicios.
Tolito era un vallecano y se trataba de un bohemio auténtico, de los que desafortunadamente cada vez quedan menos. En vez de resignarse a su (mala) suerte, lo que hacía era ganarse la vida haciendo trucos de magia por los trenes de cercanía. Comencemos a desgranar la descripción que Sabina hace de él.
Un mago corriente no se puede concebir sin una paloma que sacarse de la chistera, o una baraja de cartas con la que hacer las delicias de su público. Un mendigo tampoco se concibe sin su cartoncito de vino y su ropa llena de polvo. Y nosotros tenemos las dos cosas juntas, un mago mendigo. Uno de los versos que más me gustan es cuando dice lo de caminos que jamás llevaban a Roma. Una de las cosas que suelen hacer los mendigos es andar, andar y andar para no llegar a ningún sitio, simplemente para esperar que pasen las horas de otro día más, otro día igual, aquí no hay ni domingos ni festivos...botas de andar sin prisa ya que no tienen un jefe que les esté esperando, ni una cita ineludible, quizá ni siquiera lleven ni necesiten reloj...
Quizá esto sea lo más bonito que le dedica a Tolito, ya que lo único que lo diferencia de el resto de los mortales es por un lado su apariencia física, algo que todo el mundo puede ver, su melena, y por otro lado su interior, su alma, algo que no todo el mundo puede ver o ni siquiera se dignan en mirar. Todos tenemos un oficio, o al menos un objetivo en la vida, algo que tenemos que hacer diariamente para vivir ¿El oficio de un mendigo? retorcerle el cuello a la pena y abrir una ventana a la fantasía conseguir olvidarse de su desoladora situación, y no sólo eso, en el caso de Tolito además buscar una manera de conseguir darle a la gente algo que no tienen, su fantasía y su felicidad. Es paradójico que alguien que no tiene nada es capaz de darle algo a esa gente que lo tiene (casi) todo.
Lo mejor de este mago es que no necesita de ningún montaje espectacular, ni de ninguna promoción mundial, ni te pide entradas para irlo a ver, no es David Copperfield. Es más, sus actuaciones tienen un horario adaptable a cualquiera, en tu trayecto a la oficina lo puedes tener en el mismo vagón del tren. Es más, no se preocupan de la competencia, no tienen unos mínimos de audiencia para que no les cancelen el show, es por eso que no tienen ningún problema en ayudarse entre ellos, compartir trucos, historias, sueños, miserias, para después brindar con sus botellas de vino al caer la noche. Quizá el mago profesional y triunfador, mientras estos dos brindan en compañía, él simplemente observa el mismo caer de la noche desde su solitaria habitación de hotel.
Para despedir la canción y a Tolito, Sabina vuelve a utilizar el elemento del camino, como ya hiciera para comenzarla. Si el leit motiv de la vida del mendigo errante, son sus continuos paseos, que mejor forma de representar su muerte como el dejar de dejar de caminar. Tampoco es algo que les asuste, no tienen asuntos pendiente que arreglar al día siguiente, no les supone un desacarreo importante ni para ellos ni para los que les rodean. Simplemente se encargan de disfrutar su día a día, brindando a tu salud que mañana Dios dirá.
Cuando Joaquín compuso esta canción lo hizo como un encargo para un programa de TVE, "Vivir cada día", que había hecho un seguimiento de Tolito. En un principio Sabina, realizó una letra bastante corriente, pero después de conocer al personaje no dudó un instante en tirarla a la basura para realizar esta pequeña joya. No se trata de una canción comercial, ni propicia para meterla en el repertorio de una super gira, pero encierra una gran historia para reflexionar y disfrutar con ella.
En la actualidad estamos muy saturados de ver a los mendigos en la tele (véase Callejeros) pero como sólo nos muestran la parte más miserable de ellos, sin profundizar en la mayoría de los casos en la persona, para quedarse solamente con el personaje los metemos a todos en el mismo saco estereotipado y lleno de prejuicios.
Tolito era un vallecano y se trataba de un bohemio auténtico, de los que desafortunadamente cada vez quedan menos. En vez de resignarse a su (mala) suerte, lo que hacía era ganarse la vida haciendo trucos de magia por los trenes de cercanía. Comencemos a desgranar la descripción que Sabina hace de él.
"Tolito tiene un dado y una paloma,
una tos y una copa llena de vino,
y unas ropas con polvo de los caminos,
caminos que jamás llevaban a Roma.
Mago de las barajas y la sonrisa,
malabarista errante de las plazuelas,
corazón que le sale por la camisa,
botas de andar sin prisa ni mediasuela."
una tos y una copa llena de vino,
y unas ropas con polvo de los caminos,
caminos que jamás llevaban a Roma.
Mago de las barajas y la sonrisa,
malabarista errante de las plazuelas,
corazón que le sale por la camisa,
botas de andar sin prisa ni mediasuela."
Un mago corriente no se puede concebir sin una paloma que sacarse de la chistera, o una baraja de cartas con la que hacer las delicias de su público. Un mendigo tampoco se concibe sin su cartoncito de vino y su ropa llena de polvo. Y nosotros tenemos las dos cosas juntas, un mago mendigo. Uno de los versos que más me gustan es cuando dice lo de caminos que jamás llevaban a Roma. Una de las cosas que suelen hacer los mendigos es andar, andar y andar para no llegar a ningún sitio, simplemente para esperar que pasen las horas de otro día más, otro día igual, aquí no hay ni domingos ni festivos...botas de andar sin prisa ya que no tienen un jefe que les esté esperando, ni una cita ineludible, quizá ni siquiera lleven ni necesiten reloj...
"A no ser por el alma y por la melena,
de sus vecinos no se distinguiría.
Su oficio es retorcerle el cuello a la pena
y abrir una ventana a la fantasía."
de sus vecinos no se distinguiría.
Su oficio es retorcerle el cuello a la pena
y abrir una ventana a la fantasía."
Quizá esto sea lo más bonito que le dedica a Tolito, ya que lo único que lo diferencia de el resto de los mortales es por un lado su apariencia física, algo que todo el mundo puede ver, su melena, y por otro lado su interior, su alma, algo que no todo el mundo puede ver o ni siquiera se dignan en mirar. Todos tenemos un oficio, o al menos un objetivo en la vida, algo que tenemos que hacer diariamente para vivir ¿El oficio de un mendigo? retorcerle el cuello a la pena y abrir una ventana a la fantasía conseguir olvidarse de su desoladora situación, y no sólo eso, en el caso de Tolito además buscar una manera de conseguir darle a la gente algo que no tienen, su fantasía y su felicidad. Es paradójico que alguien que no tiene nada es capaz de darle algo a esa gente que lo tiene (casi) todo.
"Empieza la función, pongan atención,
el circo cabe en un asiento del vagón.
Empieza la función, pongan atención,
billete de segunda, próxima estación."
el circo cabe en un asiento del vagón.
Empieza la función, pongan atención,
billete de segunda, próxima estación."
Lo mejor de este mago es que no necesita de ningún montaje espectacular, ni de ninguna promoción mundial, ni te pide entradas para irlo a ver, no es David Copperfield. Es más, sus actuaciones tienen un horario adaptable a cualquiera, en tu trayecto a la oficina lo puedes tener en el mismo vagón del tren. Es más, no se preocupan de la competencia, no tienen unos mínimos de audiencia para que no les cancelen el show, es por eso que no tienen ningún problema en ayudarse entre ellos, compartir trucos, historias, sueños, miserias, para después brindar con sus botellas de vino al caer la noche. Quizá el mago profesional y triunfador, mientras estos dos brindan en compañía, él simplemente observa el mismo caer de la noche desde su solitaria habitación de hotel.
"Cada vez que se encuentran dos caminantes,
se cuentan sus andanzas y sus querellas,
le cuelgan a la noche un interrogante
y llegan hasta el fondo de las botellas.
Luego, entre cuatro muros y dos escuetos
colchones, rescatados de la miseria,
se intercambian los trucos y los secretos
del arte de ir rodando de feria en feria."
se cuentan sus andanzas y sus querellas,
le cuelgan a la noche un interrogante
y llegan hasta el fondo de las botellas.
Luego, entre cuatro muros y dos escuetos
colchones, rescatados de la miseria,
se intercambian los trucos y los secretos
del arte de ir rodando de feria en feria."
Para despedir la canción y a Tolito, Sabina vuelve a utilizar el elemento del camino, como ya hiciera para comenzarla. Si el leit motiv de la vida del mendigo errante, son sus continuos paseos, que mejor forma de representar su muerte como el dejar de dejar de caminar. Tampoco es algo que les asuste, no tienen asuntos pendiente que arreglar al día siguiente, no les supone un desacarreo importante ni para ellos ni para los que les rodean. Simplemente se encargan de disfrutar su día a día, brindando a tu salud que mañana Dios dirá.
“Ponnos dos copas más antes de cerrar,
morirse debe ser dejar de caminar.
Ponnos dos copas más antes de cerrar,
hoy bebo a tu salud, mañana Dios dirá.”
morirse debe ser dejar de caminar.
Ponnos dos copas más antes de cerrar,
hoy bebo a tu salud, mañana Dios dirá.”
Está canción es de las mejores que tiene el maestro sabina tiene una gran letra dedicada seguramente a una gran persona,un gran tono y mensaje hay en la composición cuando la escuché me sorprendió su esencia tan especial la melodía es simplemente efectista en acompañamiento a la letra,no me considero un melómano pero si poseo un buen sentido musical,gran obra para la posteridad.
ResponderEliminarExcelente tu blog he leído de varias entradas, te comentó que llevo muy poco tiempo escuchando a Sabina ya que nunca me llamo la atención, pero hace unos pocos días en spotify decidí darle una oportunidad...y ahora entiendo el porque le llaman MAESTRO, todo un repertorio de sin duda talento en estado puro. Y en cuanto a está canción qu es un joya, demuestra un sensibilidad que solo un verdadero poeta contador de historias y MAESTRO puede hacerlo...Grande Sabina, saludos desde Ecuador!!!
ResponderEliminarMe encanta tu blog, muy buen análisis de lo que, creo, es mi canción favorita de Joaquín. La letra es majestuosa, poesía pura, la melodía y el acompañamiento músical simplemente inmejorable y a tono con la composición. Estoy de acuerdo con el comentario anónimo de arriba que esta canción tiene una escencia especial.
ResponderEliminarExcelente canción. Muy buen análisis, aunque en lo personal, veo a esta canción como algo mucho más ominoso. Comienza con un entrañable personaje cuya descripción no escapa del lugar común, pero acaba en una declaración de existencialismo, utilizando, como excusa para ello, la filosofía de vida de estos itinerantes. Un tema de esos que, cuando le presta uno atención, te dejan sin aire.
ResponderEliminarUna maravilla de canción, mi favorita de Joaquín Sabina
ResponderEliminarlastima que no la hay en spotify
EliminarExcelente canción, la escuchaba desde que era universitario de igual manera me sentía un mendigo.
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