Después de estas semanas de vorágine mundialista retomo el blog, que lo tenía un poco abandonado. Y, después de todo lo vivido elijo una canción que describe como pocas lo que ha acontecido en este país durante los últimos días. De hecho, la pusieron para alentarnos a todos y avisarnos de todo lo bueno que estaba por venir. Seguramente, muy pocos esperaban que ese gran día les iba a llegar. La secuencia de decepciones, maldiciones y fracasos han hecho que ese día no fuera grande, fuera enorme.
Hoy puede ser un gran día,
plantéatelo así,
aprovecharlo o que pase de largo,
depende en parte de ti.
Aunque todos decíamos que pasase lo que pasase, ya habíamos hecho historia, que nuestros jugadores eran unos héroes, etc etc. Sabíamos que estábamos ante una oportunidad que no podíamos dejar escapar. Dejarlo pasar de largo hubiera sido algo que no nos hubiéramos perdonado nunca, por eso lo aprovechamos al máximo, apurando hasta los últimos minutos de un partido agónico en el que Andrés Iniesta hizo que todo un país tocase el cielo con los dedos.
Dale el día libre a la experiencia
para comenzar,
y recíbelo como si fuera
fiesta de guardar.
Aunque lo más grande de todo son los 120 minutos de partido, todos los preparativos no se quedan atrás. Desde que nos supimos finalistas hasta que el balón comenzó a rodar, fuimos testigos a multitud de reportajes en las televisiones, charlas interminables entre amigos y familiares sobre lo que nos esperaba, chascarrillos sobre la veracidad que podía tener un pulpo adivino… . Todo esto hizo más grande todavía el histórico 11 de Julio de 2010.
No consientas que se esfume,
asómate y consume
la vida a granel.
Hoy puede ser un gran día,
duro con él.
Visto lo visto, creo que nadie puede tener duda de que hemos aprovechado y disfrutado al máximo con este hecho. Desde que pasamos la barrera de cuartos se han ido sucediendo secuencialmente, celebración, incertidumbre, cábalas, miedo, tensión y éxtasis. En un bucle que se repetía cada vez que había partido, aunque incrementando su intensidad a medida que avanzábamos en el torneo.
Hoy puede ser un gran día
donde todo está por descubrir,
si lo empleas como el último
que te toca vivir.
Mucha gente, de edades muy variopintas, ha afirmado alguna vez que seguramente se morirían sin ver a la Selección ganar un título. Pues bien, en apenas dos años han visto como esa resignación se esfumaba. Quizá todavía no seamos conscientes de lo que hemos visto, del privilegio que hemos tenido. Han sido muchas alegrías en muy poco tiempo, después de haber pasado penurias durante casi 100 años.
Saca de paseo a tus instintos
y ventílalos al sol
y no dosifiques los placeres;
si puedes, derróchalos.
Mala época es esta para los buenos propósitos de quitarse de fumar o ponerse a dieta. Los partidos de fútbol siempre son la excusa perfecta para tomarte unas cervecitas en el bar, o el máximo culpable de que se tengan que aplacar los nervios a base de cigarros. Seguramente, los propietarios de los bares le estarán eternamente agradecidos a “La Roja”.
Si la rutina te aplasta,
dile que ya basta
de mediocridad.
Hoy puede ser un gran día
date una oportunidad.
La rutina de la selección era tener siempre una excusa para los sucesivos tropezones que nos íbamos dando. Siempre había una mano negra, un mal fario, un mal endémico o un destino malévolo. Cierto es, que durante este mes hemos rozado la tragedia con varios episodios desafortunados a lo largo de los 7 partidos que hemos disputados. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurría antes, siempre hemos tenido una solución para ellos.
Que todo cuanto te rodea
lo han puesto para ti.
No lo mires desde la ventana
y siéntate al festín.
Si el espectáculo en el terreno de juego era digno de admirar, el éxtasis colectivo que se producía cada vez que el trencilla pitaba el final no le tiene nada que envidiar. Por primera vez en mucho tiempo se ha visto a un país entero disfrutar a la vez, salir a la calle para manifestarse de alegría y olvidarse de todas las diferencias que nos machacan diariamente. Muchas veces se dice que la dimensión del fútbol es exagerada, pero viendo lo que se consigue gracias a él, que siga siendo igual durante mucho tiempo.
Pelea por lo que quieres
y no desesperes
si algo no anda bien.
Hoy puede ser un gran día
y mañana también.
No desesperarse si algo no anda bien, esa frase bien se la podría tatuar Vicente Del Bosque. En un mundo donde lo que priman son los entrenadores “bocazas”, donde se busca constantemente la polémica y a la mínima se declara la guerra contra la prensa; este señor ha dado un curso avanzado de como se puede llegar a lo más alto desde la humildad y el respeto. Quizá por haber hecho bandera de la discreción, no se le haya valorado como se merece. Pero, como a él no le gusta hablar, que hablen sus números. El único que tiene un currículum similar es Marcello Lippi.
Hoy puede ser un gran día
duro, duro,
duro con él.
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