Renovarse o morir, así que en "Pongamos que hablo de Joaquín" hoy tenemos el estreno de una nueva sección. La he titulado "Su primo El Nano", y como la mayoría de vosotros ya habréis podido deducir; aquí hablaré de las canciones de Serrat. Dos pájaros de un tiro fue la explosión absoluta de este gran binomio que desde siempre han formado Sabina y Serrat, Joaquín y Joan Manuel. Por lo general, si te gusta uno, te gusta el otro; aunque siempre se tiene más afinidad por uno de ellos. Pero siendo tan diferentes y a la vez tan semejantes, resulta extraño encontrar gente que no simpatice con los dos a la vez. Yo, me incluyo en el grupo de los que sienten admiración por los dos, aunque mi ojito derecho siempre será el de Úbeda.
Para abrir boca, hoy os traigo un tema que quizá el gran público desconoce, pero que es una auténtica obra maestra; se titula "Bienaventurados". Y, al contrario de lo que pueda parecer, no se trata de una versión musical de las Bienaventuranzas de La Biblia; aunque también nos resultan tremendamente útiles para nuestra vida cotidiana.
Esta es una de esas canciones que tienen como objetivo arrancarte una sonrisa, y cambiar tu ánimo por completo consiguiendo que te afilies al Partido Optimista.
"La vida te la dan
pero no te la regalan.
La vida se paga
por más que te pese.
Así ha sido desde que
Dios echó al hombre del Edén,
por confundir
lo que está bien
con lo que le conviene."
La canción comienza advirtiendo lo que más o menos todo el mundo sabe ya, o si no, no tardará mucho tiempo en aprender. En resumen, que aquí nadie te va a regalar nada; y que nunca debes confiar demasiado en tu buena fortuna porque en cuestión de segundos todo se puede ir al traste. De esto no se libra casi nadie, sobre todo ahora, en el que ese Edén estaba demasiado "enladrillado" y muchos de los que se creían propietarios del Paraíso acabaron dando con sus huesos en la cruda realidad.
"Si a plazos o al contado
la vida pasa factura,
rebaña y apura
hasta las migajas.
Que si en cada alegría
hay una amargura,
todo infortunio esconde alguna ventaja."
Eso sí, también se presentan ante nosotros multitud de oportunidades, y está en nuestras manos cogerlas o dejarlas de pasar. También es importante recordar que no existe la felicidad absoluta y, por el contrario, que hasta en el túnel más oscuro siempre hay un camino hacia la luz. Afrontar las adversidades intentando verle siempre la cara positiva, es la actitud más gratificante pero también la más complicada.
"Bienaventurados los necios
que se arriesgan a prestar consejos
porque serán sabios a costa
de los errores ajenos."
El miedo al fracaso siempre es la primera barrera que se nos presenta cuando tenemos ideas que, nosotros pensamos que pueden ser geniales, pero quizá tememos que los demás las consideren absurdas. La voluntad de aprender, la capacidad de asumir nuestras incapacidades y la honestidad de asumir nuestros errores, son tres de las herramientas más útiles que podemos utilizar.
"Bienaventurados los pobres
porque saben, con certeza,
que no ha de quererles nadie por sus riquezas.Bienaventurados los dueños del poder y la gloria
porque pueden informarnos de qué va la cosa."
A la pregunta de ¿Quién quiere ser millonario?, todo el mundo contesta afirmativamente y sin titubear con un rotundo sí. Quizá, no valoramos con visión de futuro las posibles adversidades que eso conlleva; e incluso hacemos burla de esos tópicos que nos dicen que el dinero no da la felicidad, que los ricos también lloran, que hay cosas que el dinero no puede comprar... . Hay otro tipo de riquezas que, a simple vista, no están tan valoradas, pero que a la postre son las únicas que no se deprecian. Muchas veces es mejor mantenerse al margen de todos esos "asuntos importantes" y que luego te cuenten lo que quieran. En este sentido, vivir en la ignorancia puede ser mucho más saludable.
"Bienaventurados los que alcanzan la cima
porque será cuesta abajo el resto del camino.
Bienaventurados los que catan el fracaso
porque reconocerán a sus amigos."
Hay gente que no consigue despegarse jamás de la ambición, siempre están pensando en el próximo objetivo y nunca de conforman con nada. Esto, a nivel empresarial, es el empleado perfecto. No obstante, la vida tiene sus etapas y creo que todo el mundo se merece parar en un momento determinado, para poder disfrutar de todo lo trabajado anteriormente. En el caso opuesto, cuando te abandona el éxito los amigos interesados se suelen marchar con él. Así que, mirándolo por el lado bueno te ahorran el trabajo de dilucidar quien estaba a tu lado por tu cuenta corriente y quien no, se van delatando ellos mismos.
"Bienaventurados los castos
porque tienen la gracia divina
y la ocasión de dejar de serlo
a la vuelta de la esquina."
Es bastante común encontrarse con gente que dice haber vivido a tope, haberlo probado todo y recriminar a la gente que todavía no lo ha hecho. Pues bien, como dice Serrat estos últimos tienen la ventaja de seguir teniendo muchas cosas por experimentar y un mundo por descubrir.
"Bienaventurados los que aman
porque tienen a su alcance
más de un cincuenta por ciento de un gran romance"
Dos no se pelean si uno no quiere, pero si cambias el verbo pelear por amar, podríamos afirmar que si uno quiere y está convencido de ello, es mucho más probable que acabe teniendo éxito. Demasiadas veces nos encerramos en nuestras convicciones de que jamás tendremos opciones, pero llevando el asunto a términos matemáticos, deberíamos tener en cuenta que tenemos en nuestra mano la mitad del tesoro.
"Bienaventurados los que presumen de sus redaños
porque tendrán ocasiones
para demostrarlo."
A mí, personalmente, me ponen de mala leche esas personas que constantemente están contando las maravillas que han hecho, y que siempre presumen de "tenerla un poco más grande que el resto". Pero, como dice Serrat, lo bueno de esto es que tarde o temprano tú siempre tendrás la ocasión de dejarlos en evidencia; y ellos de demostrar sus bravuconadas.
"Bienaventurados los que contrajeron deudas
porque alguna vez alguien hizo algo por ellos."
La palabra deuda nos asusta a todos sobremanera, especialmente cuando se trata de asuntos monetarios. Sin embargo, nunca nos paramos a pensar que cuando se hacen entre amigos esto es una manera de fortalecer más la relación. Inconscientemente, podemos iniciar una cadena de favores; aunque hablando de dinero siempre sacamos el Emilio Botín que todos llevamos dentro. Siempre pensamos en lo que le debemos a los demás, pero nunca en la estima que nos deben tener para haberse decidido a echarnos una mano. Nos olvidamos de los verdaderos motivos que les llevaron a hacernos un favor.