Si por algo se destaca Joaquín Sabina, es por su pasmosa facilidad a la hora de realizar descripciones de lugares, personas, situaciones y sentimientos. Cuando a los demás nos faltan las palabras para poder expresar algo, a Sabina le sobran los versos para hacer una canción que de en el clavo. Se ha convertido en el portavoz perfecto para mucha gente, y seguramente se ha llevado multitud de Oscars a la mejor banda sonora de nuestras experiencias.
Esto es debido a que dentro de su amplia discografía, existe un porcentaje altísimo de canciones en las que alcanza la excelencia con muchos (sino todos) de sus versos. Este es el caso de Amores eternos, a priori una canción que ha pasado bastante desapercibida entre sus grandes temas; pero que contiene varias perlas que la hacen especial también. Nos cuenta la historia de un amor, a priori fugaz pero que en realidad no lo es tanto. Con esa ambigüedad juega bastante a lo largo de la canción, además de realizar una descripción exquisita de la protagonista principal.
“Desnuda se sentía igual que un pez en el agua,
vestirla era peor que amortajarla;
inocente y perversa como un mundo sin dioses,
alegre y repartida como el pan de los pobres.”
¿Cuantas canciones hemos escuchado en las que se describe a una mujer? ¿Cuantas veces hemos escuchado los mismos tópicos? Aquí es donde se distingue al maestro de los aspirantes, a la estrella del meritorio. ¿Por qué nadie había reparado en describirla como “alegre y repartida como el pan de los pobres”?. Analizando detenidamente la frase, se trata de uno de los mayores piropos que se le puede decir a alguien. En un mundo egoísta, en el que rápidamente se desconfía de la bondad de la gente y se tuerce el gesto ante la más mínima ocasión; esto es un privilegio al alcance de muy pocos. Por otra parte, empieza a jugar con la ambigüedad de la que ya os advertía antes. Un mundo sin dioses, se puede ver como algo inocente, que vive feliz en su ignorancia de no saber qué va a pasar o a quién tiene que obedecer. Sin embargo, es un arma de doble filo, ya que rápidamente se puede volver perverso ante la falta de autoridad, aunque sea divina.
“No quise retenerla, ¿de qué hubiera servido
deshacer las maletas del olvido?
Pero no sé qué diera por tenerla ahora mismo
mirando por encima de mi hombro lo que escribo.”
Seguimos con las dos caras de esta canción. Aquí comienza diciendo que no quiso retenerla, bastantes veces esta es la decisión más acertada; aunque no siempre nos damos cuenta a tiempo. Nos empeñamos en conseguir que una relación funcione, aunque lo único que consigamos sea darnos de bruces con un muro inexpugnable. Las cosas de dos, no pueden funcionar si no es de forma conjunta, por mucho que uno ponga empeño, si no se ve respuesta por parte del otro lado; los esfuerzos son en vano y la frustración mucho mayor. Por eso mismo, aquí toma la decisión de ponerse digno y no empeñarse en lo imposible; almacenar los recuerdos en un cajón como si se tratasen de simples papeles. Rápidamente vemos que eso no es así, y no se pueden archivar los sentimientos tan fácilmente.
“Conservo un beso de carmín que sus labios dejaron
impreso en el espejo del lavabo,
una foto amarilla, un corazón oxidado,
y esta sed del que añora la fuente del pecado.”
Precisamente de esos recuerdos “inarchivables” habla a continuación. Por muy efímero que fueran esos momentos juntos, siempre te quedas con algo para ti. Eso no te lo pueden quitar, son esas medallas que cuelgas en tu sala de trofeos particular, pero no para enseñárselas a nadie; sino para poder contemplarlas en la intimidad y recordar lo bueno. El beso de carmín en el lavabo, es muy representativo, así como la foto amarilla que por mucho que vaya envileciendo con el tiempo, siempre conservará su fuerza. Lo peor de todo, es que también se queda con el corazón oxidado y sediento. Como si no hubiera tenido suficiente, como si la película se hubiera cortado en el momento más inoportuno, justo antes del final feliz y del banquete de perdices.
“Antes que la carcoma de la vida cotidiana
acabara durmiendo en nuestra cama,
pagana y arbitraria como un lunes sin clase
se fue de madrugada, no quiso ser de nadie.”
En este último tramo de la canción, quizá se nos da respuesta a los interrogantes anteriores. Podemos llegar a entender que esta historia se cortase antes de tiempo, o directamente no se le diera la oportunidad de prosperar. El miedo al fracaso quizá, a que esa carcoma de la vida cotidiana hiciera acto de presencia, puede precipitar los acontecimientos. Como todos los finales que nadie desea, termina con alguien huyendo de madrugada. Parece que el amanecer tiene el poder de determinar que derroteros tomará una historia, si “seguirá siendo ayer noche, hoy por la mañana” (como ya dijera Joaquín en otra canción). No querer ser de nadie es una postura que, en mayor o menor medida, todos hemos tomado alguna vez para justificar nuestra situación o nuestros actos; pero tarde o temprano, nos damos cuenta de que eso no funciona.
“Le di mis noches y mi pan, mi angustia, mi risa,
a cambio de sus besos y su prisa;
con ella descubrí que hay amores eternos
que duran lo que dura un corto invierno.”
Como colofón cierro con el estribillo de la canción, tan interesante, rompedor, ambiguo y hermoso como toda la canción. Aquí vemos perfectamente, esa asimetría que reinaba en la relación; dar tanto para recibir tan poco es algo que raramente se sostiene bien. Cuando se habla de amores eternos, posiblemente nunca nos paremos a pensar que puedan durar lo mismo que un corto invierno. Desgraciadamente, esto es más común de lo que pensamos. Quizá lo que se haga eterna sea la espera para conseguirlo, mientras que lo único que recibimos a cambio sean migajas de inviernos cortos, fríos y oscuros.
Mil felicidades.. tienes un blog maravilloso.. y tus post son pura poesía. Un beso
ResponderEliminarestoy de acuerdo con catalina, tus posts son poesía
ResponderEliminarOtra definición de mujer según Sabina aparece en su poema ¿quién me ha robado el mes de abril? en su primer verso "quién sangra por donde más pegado hubiere" mucho menos romántica pero sin duda utiliza la misma sutileza.
ResponderEliminarUn beso!
Muchas gracias a las tres por vuestros comentarios!!
ResponderEliminarPoesía es lo que hace Sabina, yo ya parto con ventaja al hablar de canciones tan buenas!
Me conformo con conseguir que alguien descubra algo nuevo de ellas.
El poema que Sabina recitaba antes de cantar ¿Quién me ha robado el mes de abril? es muy bonito y también tiene bastantes versos increíbles.
Tres Besos!
Linda noche aunque movidita...
ResponderEliminarBaltasar ha sido pillado cruzando en patera el estrecho, Gaspar detenido en un control de alcoholemia de la Guardia Civil y Melchor está de luna de miel por su reciente boda gay con uno de sus pajes… Los tiempos cambian pero los deseos son siempre los mismos: FELIZ AÑO 2011.
Muakksss