El perdedor es su universo, así retrataba (entre otros muchos trazos) Aute a Sabina en su directo con Viceversa. Bien pudo tratarse de un bautizo, porque Joaquín hizo bandera de ello en muchas de sus posteriores canciones. Pero esa bandera no la iza en solitario, también la acompaña con la del amor (mayoritariamente con la preposición des). Dos elementos suficientes para resolver la ecuación que presenta la canción "Como un explorador".
"Después de tanto tiempo al fin te has ido
Y, en vez de lamentarme, he decidido
Tomármelo con calma
De par en par he abierto los balcones
He sacudido el polvo a todos los rincones
De mi alma"
Un explorador que se ve forzado a salir de nuevo a la jungla, al bar y a los horarios que ya creía amortizados tras un periodo de felicidad doméstica. Un bolero que suena de fondo en la habitación, en donde deja secando una almohada regada por lágrimas propias, mientras se coloca con aseo el sombrero y sale a la calle en búsqueda de miradas ajenas.
"Me he dicho que la vida no es un valle
De lágrimas y he salido a la calle
Como un explorador
He vuelto a tropezar con el pasado
Y he decidido, en el bar de mis pecados
Otra copa de ron"
Estamos ante una canción que cuenta con uno de los elementos Sabineros por excelencia, la sucesión de metáforas para expresar con pasmosa facilidad sentimientos bastante abstractos. Atracar tu velero en otros puertos o colgar tu sombrero en otros percheros son la versión muy mejorada del clavo que saca a otro clavo. Pero es un clavo que no termina de salir, está casi a ras de suelo torácico. Una herida que todavía sangra a poco que haya momentos inoportunos que hurguen en ella.
"Y en otros ojos me olvidé de tu mirada
Y en otros labios despisté a la madrugada
Y en otro pelo
Me curé del desconsuelo
Que empapaba mi almohada"
Con una discografía tan extensa podemos establecer analogías con el séptimo arte, y encontrar canciones que son precuelas, secuelas, pertenecen a trilogías... etc. Ésta podría ser una precuela del "Posdata" de su último disco. La secuencia empieza con este bolero con bastante nostalgia, y continúa con un amago de ranchera cargado de despecho. El final de la trilogía podría ser "Nos sobran los motivos" aunque no sigan un orden cronológico si lo hacen en nivel de reproche. La primera no quiere romper ningún plato, la segunda ya enseña las uñas, y en la última la vajilla entera vuela por la casa.
"Con el cartel de libre en la solapa
He vuelto a ser un guapo entre las guapas
Chulapas de madrid
Sólo me pongo triste cuando alguno
En el momento más inoportuno
Me pregunta por ti"
Pero no nos limitemos a buscar en los discos de Joaquín, hagámoslo también en sus libros para llegar al epílogo de esta canción. Situándonos en el Sabina sonetista, este explorador que arrancaba perdiendo se encuentra un as en la manga, "puede celebrar la impúdica belleza de estar triste" y acabar descubriendo que a veces se gana perdiendo a una mujer.
"Y en otros puertos he atracado mi velero
Y en otros cuartos he colgado mi sombrero
Y una mañana
Comprendí que aveces gana
El que pierde a una mujer"
Fabulosa canción, ganar perdiendo!
ResponderEliminarMe gustó mucho como le dan una interpretación que yo viví mientras escuchaba esa canción durante las madrugadas, solo en casa, fumando cigarrillo tras cigarrillo, llorando y mirando al techo y las paredes mojadas. Mojadas las paredes de los sudores pasados, el recuerdo de lo vivido, la ropa que dejó, su olor y nuestras mascotas.
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