Entre los muchos apodos que se le dan a Sabina, está el de maestro, y cada año que pasa corrobora que era un apodo acertado. Si echamos un vistazo a la lista de sus alumnos aventajados, hace ya varios años que sobresale Marwan. Al igual que Sabina, se ha ido dejando la vida por los rincones de Madrid, y la ha conocido lo suficiente para escribirle una canción que podría incluirse en el manual de bienvenida a la capital.
"Conviene saber que no hay mayor dolor,
para una piel que despedirse de otra piel.
Conviene saber que lo único que debes aprender
es que venimos a aprender".
En su último disco, "Mis paisajes interiores", sobresale una canción en la que hay una mención explícita a Joaquín. "Conviene saber", sirve tanto de título como de leit motiv para la canción; y es que se trata de una lección maestra en 4 minutos, de todas esas cosas que suelen escaparse en todas las leyes de educación. Muchos se jactan de haber acudido a la Universidad de la Vida, si de verdad existiera yo incluiría una asignatura por cada uno de los versos de esta canción.
"Conviene saber que tu próxima vida
no está asegurada,
apaga la pantalla ahora mismo y
saca a tu novia a bailar."
Si echásemos un vistazo al temario podríamos coincidir rápidamente en que se tratan de contenidos bastante sencillos. El problema viene con las prácticas, ahí la teoría se nos suele olvidar con demasiada frecuencia. En el primer día de clase Marwan ya nos pone sobreaviso de que aquí se viene a aprender, y la primera lección es que la mayor pérdida es aquella que comparte su sentido del tacto contigo. Ésta conecta con la siguiente, que te insta a usar tu sentido de la vista, cruzarse las miradas y comprobar que hay formas mucho mejores de pasar el tiempo.
"Conviene saber que la pasión cuando
se amansa aburre un poco,
mejor saberlo antes de embarcar.
Conviene saber que todos mis
demonios duermen si te toco
y esa es la distancia más corta a la felicidad".
Seguidamente se introduce por terrenos pantanosos, por los que inevitablemente hay que pasar, pero para los que ofrece una ruta que ayude a atravesarlos con éxito. También hay cabida para un par de reprimendas preventivas, que nos ayudan a cuidar de nuestro hogar (y ese hogar va desde el aire que respiramos, la tierra que pisamos, la mujer que besamos y los locos bajitos a los que algún día tendremos que educar).
"Conviene saber que en este mundo
hay demasiados gilipollas,
amigos que es mejor no conservar.
Conviene saber que hay gente que
ama solo el éxito y las joyas
y señores que al ver un buen culo no pueden pensar".
En todo aprendizaje es muy importante separar el grano de la paja, y esa asignatura a veces se convierte en un hueso. Esta clase magistral se centra en señalar rápidamente a los gilipollas e interesados que se nos cruzan como si fueran setas del Mario Bros, conviene saber cómo esquivarlos. Esto nos va encaminando a la parte más complicada de esta particular carrera universitaria, el trabajo final, que en este caso consiste en saber que todos tenemos cicatrices. El sobresaliente se consigue cuando además de ser conscientes de ellas, sabemos cómo curarlas, al igual que hace un disco de Sabina.
"Conviene saber que no hay adulto
sin su colección de espinas,
todos tenemos cosas que olvidar.
Conviene saber que nada escuece
más que un disco de Sabina,
y a la vez sólo esas canciones te pueden curar".
Si se busca el Cum Laude, hay que demostrar con hechos que el partido más importante de todos puede tener dos campeones y ningún derrotado. Pero para ello hay que saber empatar.
"Conviene saber, y no lo olvides, no
hay mujer que tenga dueño,
es una flor, no es una propiedad.
Conviene saber que aunque jamás
nos lo dijeran de pequeños
el amor es el único juego en el que
hay que empatar".