Así arrancaba Joaquín Sabina su intervención en el VIII Congreso de la Lengua Española celebrado en la ciudad argentina de Córdoba.
"Comprenderán ustedes que entre tanto poeta y tanto erudito, me sienta un poco impostor. Pero siempre me ha gustado sentirme impostor, es decir, asistir a fiestas a las que se supone que no tendría por qué ser invitado. No estoy en absoluto dotado para la teoría, ni para la erudición. Aunque con el auge de los pequeños nacionalismos que por desgracia estamos sufriendo en el mundo, yo me considero de una patria mucho más grande, que es mi lengua, a lengua española. Creo que es un milagro que ustedes se hayan reunido hoy para oir poesía y para oir palabras. Palabras llenas de magia, porque la misma lengua que sirve para pelearse con alguien en un bar, o para cualquier cosa, sirve para darles una gotita de magia".
Coincido con Sabina en que la verdadera patria es nuestra lengua, y es de lo que verdaderamente hay que sentirse orgulloso. Poder cantar con alguien Y nos dieron las diez en un bar, y que los dos puedan pensar que ese pueblo con mar estaba en su patria, por muchos kilómetros que los separen.